El evangelio de la resurrección: ¿Por qué avergonzarnos?

📜Tabla de contenido:

• Introducción
• La importancia del evangelio y la resurrección
• La resurrección de Cristo: fundamento de nuestra resurrección
• Nuestra resurrección: el futuro prometido
• Cuerpos glorificados: la promesa de la Palabra de Dios
• Contraste con otras creencias sobre la vida después de la muerte
• El mensaje de la resurrección en la cultura antigua
• El testimonio de la iglesia sobre la resurrección
• El testimonio de las Escrituras sobre la resurrección
• El testimonio de los testigos presenciales sobre la resurrección
• El testimonio de un testigo especial: el apóstol Pablo
• El mensaje común: la predicación de la cruz y la resurrección
• Conclusión

La resurrección del evangelio: ¿Por qué nos avergonzamos?

Tener vergüenza del evangelio es algo que sucede con frecuencia, pero ¿por qué ocurre esto? El apóstol Pablo nos enseña en 1 Corintios 2:2 que él determinó no saber nada más que a Jesucristo y a este crucificado. Este versículo nos muestra la importancia central de la resurrección de Cristo en el evangelio. Sin embargo, esta resurrección no se limita solo a Cristo, sino que es el fundamento de nuestra propia resurrección. En este artículo, exploraremos en detalle la maravilla de la resurrección y su relevancia personal en nuestras vidas.

Introducción

En 1 Corintios 15, el apóstol Pablo nos presenta el capítulo de la resurrección, el cual es extenso y consta de 58 versículos. A lo largo de este capítulo, obtendremos un entendimiento profundo sobre la maravilla de la resurrección y su significado en nuestras vidas. Aunque este capítulo no se centra específicamente en la resurrección de Cristo, es importante entender que esta es la base fundamental de toda resurrección. Sin embargo, en esta ocasión, nos enfocaremos en nuestra propia resurrección y en cómo esto afecta nuestro futuro.

La importancia del evangelio y la resurrección

Nuestra resurrección no es solo una cuestión teórica o abstracta, sino que es algo profundamente personal. Es nuestra historia, es nuestro futuro. Es lo que el Señor ha preparado para aquellos que le aman. Los creyentes en Cristo no creemos en la reencarnación ni en la aniquilación. Creemos en la vida después de la muerte, pero no como seres espirituales vagando sin un cuerpo. Creemos en la resurrección corporal, en vivir como personas en cuerpos glorificados. Esta es nuestra esperanza, y esta esperanza era de suma importancia para las personas que vivían en el mundo antiguo.

La resurrección de Cristo: fundamento de nuestra resurrección

En la antigua cultura griega, donde prevalecía el dualismo, la idea de una resurrección física era motivo de burla. El mundo griego creía que el espíritu era bueno y la materia era mala, y que el objetivo final de las personas era liberarse por completo de todo lo material y vivir como espíritus en un mundo espiritual. Sin embargo, el apóstol Pablo quiere que los creyentes en Cristo sepan que, a pesar de lo que enseñaba la filosofía popular, habría una resurrección. Los filósofos antiguos incluso hablaban de los horrores de vivir en otro cuerpo, ya que solo podían definir un cuerpo según su experiencia personal y anhelaban trascender las limitaciones y restricciones propias de vivir como personas corruptas en un mundo corrupto.

Nuestra resurrección: el futuro prometido

En 1 Corintios 15:12, el apóstol Pablo se dirige directamente a aquellos que niegan la resurrección de los creyentes y les plantea una pregunta contundente: "Ahora bien, si se predica que Cristo resucitó de entre los muertos, ¿cómo dicen algunos entre vosotros que no hay resurrección de muertos?". La respuesta a esta pregunta es clara: aquellos que afirman ser creyentes pero niegan la resurrección no tienen una base sólida para su fe. Su fe es vana. Es imposible creer en Cristo sin creer en Su resurrección, ya que Su resurrección es la base de nuestra propia resurrección.

Cuerpos glorificados: la promesa de la Palabra de Dios

Como cristianos, tenemos la esperanza de recibir cuerpos glorificados. Esto se evidencia en las historias de Moisés y Elías, quienes aparecieron en cuerpos glorificados en la transfiguración de Cristo. Esta es la promesa que nos brinda la Palabra de Dios. Nuestra fe se basa en la promesa de que después de la muerte viviremos como espíritus unidos a nuestros cuerpos, y por siempre seremos como Cristo: espíritus eternos viviendo en cuerpos resucitados y eternos. Esta es nuestra esperanza, y es lo que nos impulsa a perseverar en medio de las dificultades.

Contraste con otras creencias sobre la vida después de la muerte

A diferencia de otras religiones y filosofías, el cristianismo enseña una resurrección corporal. No creemos que nuestra existencia termine al morir, ni en la reencarnación ni en la aniquilación. Creemos que después de la muerte seguiremos viviendo. Seremos seres espirituales unidos a nuestros cuerpos resucitados y viviremos eternamente. Esta creencia trasciende la comprensión humana y va en contra de las creencias populares de la antigüedad, pero es la verdad que Dios ha revelado a través de Su Palabra.